martes, agosto 21, 2007

Cosas de la espera
Este post es como una hoja en blanco... Me gustaría que empezáramos a escribir en ella...


sábado, agosto 11, 2007

Miedos

Inexplicables...

Le pas du chat noir


Este es un cuento de Antony... me tomo el atrevimiento de compartirlo y guardalo aquí. Un abrazo...
“Mis pasos en esta calle
Resuenan
En otra calle”
Son cerca de las dos de la madrugada, un viento frío se me cuela por la nuca, es sábado, la calle está desierta y silenciosa, y todo está a oscuras, bueno no todo en realidad, ahí está el rosa de los pétalos de las camelias alfombrando la calle, el contraste amarillo luminoso de una puerta que se abre para dejar salir a un gato.
Un gato negro y común que no acierta a dar el primer paso, el paso que lo separe del hogar caliente y conocido, el paso que lo lleve al universo oscuro de una madrugada de sábado de enero.
Sus ojos verán más ahora sobre el reflejo lunar de las piedras, sus esponjosas patitas acariciarán el frio crepuscular del empedrado portugués.
Todo se desvanece como en un sueño, el gato, el espejo rosa de los pétalos sobre la calle empedrada y mojada, la luna, el paso del gato al salir de una casa.
Pero no estoy soñando, porque siento el frío, porque el soplo del viento se me cuela por el cuello, y porque el gato que he visto salir antes lo tengo ahora frente a mi, husmeando la goma de un neumático, mirando despacio hacia los lados sin dar importancia a mi presencia.
Doy media vuelta y lo dejo a mis espaldas, nuestros destinos nocturnos se han cruzado en un determinado punto, sí, lo he visto, lo he seguido con la mirada por unos instantes, lo he pensado, lo tengo dentro de mi mente aún, junto con mis pasos, junto con el fulgor del cigarro que sostengo entre mis dedos.
¿Qué lo habrá impulsado a salir? Con seguridad habrá empezado a maullar, y sus dueños con el sueño arrastrado de la semana, habrán optado por dejarlo salir en paz, al fin y al cabo, él debe de seguir también su propia vida, aunque sea sólo por unas horas, aunque sea sólo por continuar viviendo un poco de otro modo.

¿Pero volverá?, ¿volverá a ellos?, ¿volverá a esa casa? Un gato es siempre fiel hasta que encuentra un motivo mejor para comenzar a ser infiel. Algo mejor que un plato de plástico lleno de pienso todos los días. Algo mejor que un aparato encendido a todas horas y que es capaz de emitir sonidos sin moverse. Algo mejor que la acaricia de una mano arrugada.
¿Siempre hay algo mejor o no?
Me pregunto si habrá salido un gato con las mismas características, en cualquiera de las infinitas calles de Estambul, (por poner un ejemplo, pero podría ser, claro, cualquier otra ciudad: Praga, Budapest, Bucarest, el Cairo, Lisboa, etc) en ese mismo instante, bajo el mismo ángulo entreabierto de una puerta verde, de un número 165.
Si fuera asi, ya no estaríamos hablando de un suceso único, hasta podría decir incluso que no he sido yo y únicamente yo el que ha conseguido ver un gato salir de una puerta de número 165 cuando son cerca de las dos de la madrugada.
Pero esto, entonces, se vuelve muy interesante, porque aunque en Estambul no sean exactamente las dos de la madrugada sino, pongamos, más de las cuatro, las circunstancias no dejan de ser prácticamente las mismas: la noche, el invierno, y un gato común que sale de un número165 de una calle estrecha y poco iluminada.
Y ahora viene lo más interesante, el gato negro turco, voy a llamarlo así, ha llamado la atención, por decirlo de algún modo, de una persona, no importa que sea un hombre o una mujer.Bueno esto no es del todo verdad, yo quisiera que fuese una mujer...
Porque si fuese realmente una mujer, le daría un aire aún más fascinante a la historia. Entonces, sólo entonces, y en estos momentos, una mujer turca habrá llegado hasta mí con su pensamiento, del mismo modo que yo he llegado hasta ella con mi pensamiento en este preciso instante...
- ¡Y esto sería verdaderamente un milagro!, me digo en voz alta, sorprendido.

...
Estoy ya de camino a casa...Concentrado en cosas más reales, se me va acabar el butano, cuánto será la cuenta de luz y agua de este mes.
Ella, a su vez, quizás haya puesto también la mente en circuntancias más cercanas a su día a día, su gato clarence al que no ha dado de comer en todo el día, su novio.
Es posible que venga de hacer el amor con él, y de camino a su casa, mientras conduce,
piense que todo ha terminado.
Porque él no la ama, eso siempre lo ha sabido.
Quizás piense también en la pregunta que él le hará cuando ella le diga que todo ha terminado entre ellos. ¿Por qué?
Pero ella ya no tendrá, seguro, nada que decirle.
- Al fin y al cabo, fue sólo un gato, el paso de un gato negro, ¿cómo explicárselo sin que me tome por una loca?, se dice a si misma en voz alta, sorprendida.

miércoles, agosto 01, 2007

Posadas, 8:30 p.m.


La cuiriosidad hace que hagamos cosas para saber, entender, descubrir, conocer... y otras cosas más. Es un motor interno que puede hacer que dos personas que se ven por primera vez terminen sentadas en un bar hablando de sus vidas... Seguramente que hay un poco de tensión (será por las circunstanias del encuentro?), también alguien habla más que el otro... aunque no esperaba hacer monólogo (habla y observa), parece que a la otra persona le interesa más observar...

Puede que ahora la curiosidad de ambos esté satisfecha... o que surjan otras.

Es mejor dar un paso hacia adelante.. hacia la busqueda, que paralizarse por el miedo a descubrir lo que se busca o lo que no se busca...

En fin: ojos expresivos muy agradables, bebiendo Pasos de pomelo.